martes, 1 de octubre de 2013

Baires Vacacional

Yo jamás tuve un perro, porque a mi madre no es que no le gustaban los animales, por el contrario, yo siempre me consideré uno, puesto que no tengo tacto social ni sé manejar ningún tipo de situación delicada. Lo mismo me ocurre con la fuerza, tampoco puedo medirla, a veces se me complica medir mi fuerza. Y entonces, no sé si no estoy preparado para esta sociedad tal vez. Eso sí, con los animales me llevo bien, será que me entiendo, que compartimos los mismos códigos. Bueno, a decir verdad nunca estuve con un león, nunca mantuve una conversación con él, salvo con mi tío, León. A él sí lo conozco aunque tengo que decir que no demasiado. No porque yo no quisiera, más bien porque él emigró cuando yo era chico. Igual nunca tuvimos demasiada relación, porque más o menos así es mi familia. No tenemos mucha relación entre nosotros. Somos así, qué sé yo. Pero en fin, el tío León parece un buen tipo. Él aún viene a Buenos Aires cada tanto porque conserva algunas cosas. Tiene algunos apartamentos en Buenos Aires que renta y con eso le alcanza para vivir. A él le gusta mucho pasear, dice que es su pasatiempos, que ahora que está viejo se dedica a vivir la vida, que antes trabajó. Y si uno se pone a pensar a veces le deja tan poco tiempo para la vida. Para los pasatiempos. Hay personas que hacen todo el tiempo lo que les gusta, esos son unos privilegiados, deberían sentirse de esa manera al menos. Con la posibilidad de poder hacer lo que les gusta todo el tiempo. Y bueno, hay otros que trabajan para vivir y también de tanto en tanto se pueden dar algunos gustos, que esperan las vacaciones para hacerlo. Es una buena época, porque si uno no se da gustos cuando se va de vacaciones, entonces cuándo se los va a dar. No?